domingo, 28 de marzo de 2010

EL GINSENG



Este arbusto de hoja perenne pertenece al género Panax, que deriva de la palabra griega Panakos, o en inglés panacea, que significa remedio que todo lo cura. Tanto las variedades asiáticas como las americanas que se emplean en medicina, comparten los mismos hábitos de crecimiento y prácticamente el mismo aspecto, la única diferencia es que la variedad asiática es más grande.
Ginseng americano
El Ginseng americano (Panax quinquefolius) se encuentra en todos los bosques caducifolios de montañas de Norte América oriental y central. Las primeras especies de Ginseng americano se transportaron a Europa en 1704. No debería sorprendernos que los indios norteamericanos también lo conocieran y utilizaran las raíces por sus características medicinales. Lo llamaban Garantoquen, cuya traducción es "como un hombre", haciendo referencia a la estructura de la raíz bifurcada. (Con un poco de imaginación se la puede ver semejante a la forma de un hombre). De modo interesante, el nombre en mandarín del ginseng es ren shen y comparte un significado similar. De hecho el carácter chino para "shen" también nos puede recordar a la forma de la raíz. Los indios americanos tienen un método particular de desenterrar la raíz, se recolecta sólo después de que el fruto rojo de la planta alcanza la madurez. Antes de proceder a excavarla, doblan el tallo por la parte inferior al ras de la tierra. Según lo que se dice, este método aumenta la velocidad de germinación y produce un mejor rendimiento para el futuro.
Las mujeres indias Sioux desarrollaron diferentes formas de limpiar y procesar el ginseng y se decía que recogían la mejor raíz de todas las tribus.
Ginseng asiático
El ginseng asiático (Panax ginseng) se encuentra fundamentalmente en el hemisferio norte y principalmente en China, Tíbet, Mongolia y Corea. Tradicionalmente las especies coreanas y las de la región de Manchuria (China) se consideraban las más valoradas. Los chinos adinerados pueden llegar a pagar 200.000 dólares por las propiedades revitalizantes de una raíz de ginseng de primera clase.
Estas raíces tan altamente valoradas, crecen de forma silvestre en las regiones montañosas de Corea y al nordeste de China, en las montañas de Xiaoxinganling y Changbai. Se desarrollan en pendientes pronunciadas entre 500 y 1.100 metros de altitud por encima del nivel del mar. Se ha descubierto que el ginseng salvaje que crece en los árboles ancestrales, en suelo de arcilla y con aire muy húmedo, tiene mayor potencia que el ginseng que crece fuera de su ambiente natural que es de uso comercial. Esto demuestra que la naturaleza que posee una planta, está íntimamente relacionada con el ambiente de su origen.
Características curativas
El ginseng es una de la plantas más valoradas por los médicos chinos y su uso data como mínimo de 5.000 años. Se le atribuyen muchos beneficios para la salud. Numerosos científicos occidentales destacados, se preguntan cómo una planta puede tener tanto uso terapéutico. La respuesta a esto es relativamente simple, cuando entendemos lo que los médicos chinos tradicionales conocían muy bien: que el efecto primordial del ginseng en el cuerpo es regular el funcionamiento de la hipófisis.
La glándula hipofisaria y tiroidea regulan la producción de otras hormonas en el cuerpo.
Las hormonas sexuales y las segregadas por las glándulas suprarrenales, también están reguladas por la hipófisis. Esta puede ser la razón por la que el ginseng tiene la reputación de actuar como rejuvenecedor y de conservar la salud de los órganos sexuales.
Los chinos, como una costumbre de toda la vida, tienen un método tradicional y simple de utilizar el ginseng. Se guarda un trozo de raíz seca en el bolsillo. Cuando se necesita una recarga de energía, ya sea debido a una enfermedad, fatiga o cuando el entusiasmo por la vida empieza a disminuir, se saca la raíz y se masca un trozo pequeño. (También se suele preparar varias ollas de té hasta que se renueva la vitalidad). Luego se deja la raíz sin usar en el bolsillo, hasta que se necesite en el próximo desafío. Aquí radica la utilidad más grande del ginseng – como un refuerzo de energía en un corto periodo de tiempo.
Los occidentales, buscando beneficiarse de sus cualidades, deberían usarlo de la misma manera. Aquellos de nosotros con una hipófisis saludable, que nos movemos rápido todo el día con energía y entusiasmo no necesitaremos ginseng. En cambio aquella persona que se mueve un poco más lento puede beneficiarse al tomar una taza de té de ginseng de vez en cuando. Prueba con una pequeña cantidad, y si obtienes una nueva perspectiva de la vida y tienes más energía, podrás entender porque los chinos lo llaman "la maravilla mundial".
Fuente: www.lagranepoca.com

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