lunes, 8 de junio de 2009

EL PESCADO AZUL PARA LOS DIABÉTICOS



Se denominan pescados azules aquellas especies que tienen un mayor contenido graso y que podemos distinguir por el color azulado de su piel; destacamos la sardina, el boquerón, la caballa, la anchoa, el arenque, el atún y el salmón. Su contenido en grasas oscila del 2 al 20%, siendo éstas de un tipo especial, ricas en ácidos grasos de la familia omega 3 (ácido eicosapentanoico y docosahexanoico), que nos ayudan a prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. En años anteriores se había descrito que la administración de cápsulas de aceite de pescado en diabéticos producía un descontrol de su enfermedad porque la grasa de pescado que se les proporcionaba producía un aumento en la fabricación de glucosa por parte del hígado (neoglucogénesis) por lo que algunos autores cuestionaban el empleo de este tipo de grasas entre las personas con diabetes; sin embargo consumir pescado azul (que contiene menos cantidad de ácidos grasos omega 3 que las cápsulas anteriormente referidas) no afecta para nada a los niveles de glucemia.
Es más, desde un punto de vista de prevención de problemas cardiacos y vasculares, sería recomendable que los diabéticos consumieran en su dieta este tipo de pescados con una frecuencia no inferior a tres veces por semana, como recomienda el Instituto de Medicina de la Universidad de Leiden en Suecia, ya que les ayuda a prevenir problemas de embolismo a través de un mecanismo similar al de la aspirina. Dado su aporte graso, suelen ser alimentos sabrosos y agradables al paladar y su única limitación vendría condicionada por el aporte en calorías, que en el caso del enfermo diabético debe de ser controlado para que el paciente se mantenga en su peso ideal.

FUENTE: “100 Errores de la nutrición” del Dr. Claudio Mariscal

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