domingo, 26 de septiembre de 2010

EL PRECURSOR DE LA ASPIRINA

















La medicina moderna debe a la tradición la posibilidad de conocer plantas cuyos principios después se aislaron y que seguramente no se hubieran llegado a investigar sino hubieran sido conocidas previamente. Entre los casos más conocidos podemos mencionar el caso de la aspirina. La corteza del sauce blanco (Salix alba) ya era utilizado en China hace más de 2500 años para rebajar la fiebre y eliminar el dolor. Referencias sobre esta planta aparecen en la obra de Hipócrates que lo aconseja para los mismos trastornos. Dioscórides añadió un uso nuevo y lo aconsejo en el tratamiento de los dolores de los artríticos. El uso de este remedio no deja rastros durante la Edad Media. En 1763 Edward Stone, un clérigo inglés escribe a la Royal Society sobre la importancia de esta planta en el alivio del dolor. En 1835 el químico alemán Karl Jakob Lowig descubría que otra planta producía los mismos resultados, la reina de los prados (Spiraea ulmaria) contenía el mismo principio que el sauce: El ácido salicílico. Pero no fue hasta 1893 que Félix Hoffman sintetizó el derivado de este principio para intentar aliviar los efectos secundarios que el ácido salicílico producía en el estómago de su padre que lo tomaba para aliviar su artritis. La aspirina, ácido acetil salicílico, es un derivado del ácido salicílico y constituye el analgésico más utilizado y más vendido hasta la actualidad. Fue el conocimiento tradicional de las propiedades del sauce el que condujo a las posteriores investigaciones científicas que llevaron a la producción de la aspirina.


PUNTOS REFLEJOS DE DIGITOPUNTURA: COMO ALIVIAR EL DOLOR EN LAS MANOS.




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