domingo, 5 de junio de 2011

COMPRESAS Y CATAPLASMAS



















Son tratamientos tópicos, es decir, se aplican sobre la piel y, según su composición, tienen uso para diferentes dolencias. Podemos diferenciar las compresas y cataplasmas en la siguiente definición que hacemos.

  • Cataplasma: untura, de diversos componentes naturales, que se aplica directamente sobre la piel. Puede ser con efecto calmante, antiinflamatorio, cicatrizante o como cura.
  • Compresa: remedio preparado natural con el que se impregna una gasa y se aplica también tópicamente sobre una zona del cuerpo y se deja reposando con una venda u otro medio para fijarla.

¿Cómo se aplican las compresas y cataplasmas?

La utilización de las compresas y cataplasmas es sencilla, sólo hay que ponerlas sobre la zona que se vaya a tratar.
Lo que sí tiene su "ciencia" es el tiempo de aplicación de sus componentes y algún que otro aspecto que va a depender del tipo de dolencia que vayamos a tratar o aliviar, así como saber cuándo aplicar compresas frías o calientes

Compresas frías y calientes

La aplicación de las compresas frías o calientes, a groso modo, son las siguientes:

  • Las compresas calientes alivian los calambres, ayudan a relajar las contracturas musculares, estimulan la circulación, alivian la tos y es calmante para dolores tópicos diversos, estados nerviosos, insomnio, etc.
  • Las compresas frías son más específicas, atenúan la fiebre, combaten las inflamaciones y el dolor en las zonas afectadas, sobre todo, por traumatismos.

Tipos de compresas y cataplasmas

  • Compresa de linaza: para tratar problemas, desde las vías respiratorias bronquitis, sinusitis, etc., hasta furúnculos y orzuelos.
  • Compresas de papa: para dolores en cervicales, hombros y espalda. Enfermedades infecciosas como bronquitis y cistitis o quemaduras solares.
  • Cataplasmas de alholva o fenogreco: para aliviar las hemorroides, "madurar" granos enquistados o algún tipo de forúnculos. Es antiinflamatorio e ideal para problemas de las articulaciones, artritis, artrosis, etc.
  • Cataplasma de arcilla: la arcilla, según el tipo (verde o blanca) y si se pone fría o caliente, tiene diversas aplicaciones, desde aliviar varices a hematomas, traumatismos varios, inflamaciones o para el cuidado de la piel.
  • Cataplasma de cebolla: para combatir las migrañas, otitis y los dolores de muelas. Por su capacidad antiséptica, cicatrizante y calmante se usa en heridas infectadas y en diversas dolencias del estómago, de la vejiga y los riñones.
  • Cataplasma de mostaza: antiquísimo remedio griego aplicado en el pecho para combatir afecciones pulmonares, además de usarse contra la ciática, dolores reumáticos y neuralgias.

Fuente: www.enbuenasmanos.com

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