Las bebidas energéticas son bebidas compuestas, normalmente, por agua y azúcares (azúcar, glucosa o jarabe de glucosa) o edulcorantes, a las que se le añaden cantidades importantes de sustancias con el objeto de aumentar el estado de alerta y reducir la fatiga.
Muchas de ellas lo que contienen es esencialmente cafeína. También pueden contener otras sustancias como guaraná (una planta que como el café, contiene cafeína), gingseng, taurina, glucurono-lactona, L-carnitina y vitaminas, entre otros posibles ingredientes.
Las bebidas isotónicas no son bebidas energéticas. Las bebidas isotónicas están hechas de azúcares simples y sales minerales y su función es hidratar rápidamente. Las bebidas preparadas a partir de zumos con azúcares y cereales, son bebidas que nos aportan más energía en forma de calorías, pero ya trataremos este tema en otro programa.
¿Para qué se utilizan las bebidas energéticas?
Las bebidas energéticas están destinadas a un consumidor joven y el mensaje que se da es el de aumentar la fuerza, la potencia, el estado de alerta y el rendimiento físico y mental.
Según un estudio realizado entre estudiantes en Estados Unidos la gente utiliza las bebidas energéticas para:
- Dormir pocas horas.
- Aportar energía.
- Estudiar para un proyecto importante.
- Conducir en largas distancias.
- Mezclarlo con alcohol al salir de fiesta.
- Combatir la resaca.
Efectos secundarios
Cuando consumimos bebidas energéticas estamos tomando cantidades de cafeína importantes. Según la legislación toda bebida a la que se le añada cafeína en una cantidad mayor a 150 mg/l, deberá llevar la advertencia "Contenido elevado en cafeína" para alertar al consumidor.
¿Y por qué se debe alertar al consumidor? Porque estamos hablando de que con 1 litro de bebida energética se puede sobrepasar los límites de consumo normal de cafeína. Las bebidas energéticas más vendidas en España, aportan 320 mg/L., el equivalente a 3 cafés. Las latas son normalmente de 250 ml., pero si la lata es de 0,5 L. basta tomar 2 para llegar a 1 litro. Lo que no es difícil de lograr al tratarse de una bebida tipo refresco.
La cafeína a dosis bajas (se considera un consumo normal de 200 mg. al día) aumenta el estado de alerta y concentración y disminuye la sensación de fatiga. La cafeína tarda en eliminarse entre 4 y 6 horas, aunque la variación puede ir desde 2 a 10 horas, por eso unas personas son más sensibles que otras a sus efectos.
Cuando las cantidades de cafeína que ingerimos aumentan por encima de 300 mg., los síntomas que van apareciendo son nerviosismo, palpitaciones, aumento de la tensión arterial, ansiedad, depresión, vómitos, náuseas, temblores, insomnio y deshidratación por aumento de la diuresis. Cuando abandonamos el consumo de cafeína, los síntomas asociados son, dolor de cabeza, rigidez muscular y dificultad para concentrarse.
¿Y si las mezclamos con alcohol?
Existe la costumbre de mezclar las bebidas energéticas con alcohol. Esto produce un estado de embriaguez más despierto que provoca una falsa sensación de control. Los efectos negativos del alcohol existen aunque la percepción es menor, lo que aumenta el riesgo de dependencia al alcohol y de sufrir accidentes de tráfico.
Las bebidas energéticas contienen más ingredientes que pueden aumentar el efecto de la cafeína. La taurina por si sola no tiene efectos perjudiciales pero combinada con la cafeína se ha observado que potencia su acción.
Consumo responsable y moderado
Las bebidas energéticas son excitantes y tienen un efecto claro sobre la persona que las consume. Su consumo incontrolado puede tener efectos adversos para la salud.
El consumo moderado de bebidas energéticas (1 a 2 latas de 250 ml.) no supone riesgos para la salud (exceptuando niños, embarazadas o personas enfermas). Los efectos a dosis bajas dependerán de la sensibilidad y el hábito de la persona a la cafeína.
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